jueves, 15 de abril de 2010


Manos vacías...

En mis manos vacías, contemplo tu recuerdo, avergonzadas manos incapaces de asirse a nada, no me acostumbro a contemplar excusas soñadoras, a ver cada mañana el lienzo amargo, descalzo, desdeñado. Horas vacías que flotan en la esquina de fantasmales nieblas, fugaces velos del lecho abandonado por pasos que desnudan, suplicando caricias donde solo hay palabras, palabras confundidas. Manos que tiemblan al contemplar tu sombra misteriosa, dormida en el espejo. Que fabriqué con versos, sueños, poemas saboteados por el viento, disueltos en la orfandad que mendiga y caricia el susurro de tus letras. He de vivir, callado, con las manos vacías.

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